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LAS VITOLAS
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CLASIFICACIÓN:
Cias. Tabaqueras
 
LAS VITOLAS:
     
     
Su HISTÓRIA
   
           
   
La palabra Vitola tiene varias acepciones que figuran en El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
 
La primera que nos encontramos, hace referencia al calibre del Cigarro Puro y la segunda a la propia Vitola o Anilla.
 
Finalmente, buscando mas en profundidad la palabra VITOLA, el D.R.A.E. nos ofrece una definición bastante más ámplia:
   
Vitola: Cada uno de los diferentes modelos de cigarro puro según su longitud, grosor y configuración.
   
Vitola: Anilla de los cigarros puros.
 
Pero si buscamos por Anilla, el D.R.A.E. nos dará una definición todavía más extensa y definitoria, como es la siguiente:
   
Anilla: Faja de papel litografiado que se coloca en cada cigarro puro para indicar su Vitola, así como La Marca de Fábrica.
     
 
En esta sección nos centraremos especificamente en LA VITOLA ó ANILLA del CIGARRO PURO como objeto principal y en su
 
finalidad como lo que es, puro y duro coleccionismo vitolifico.
     
 
LAS VITOLAS
   
Ya hemos visto como, según los diferentes diccionarios de la lengua española, se define Vitola. Pero no siempre existieron
 
estas definiciones, antiguamente se denominaban como la marca con que por su tamaño se diferenciaban los cigarros puros.
   
Pero esta denominación no se corresponde con las anillas y mucho menos con la vitolfilia, por lo tanto después de un
 
insistente análisis se decidió adoptar el anterior concepto.
   
Hoy en día se aplica el vocablo vitolas a las anillas (adorno circular de papel que llevan los puros en el centro de su figura)
 
y como consecuencia se dice vitolfilia a la afición de coleccionar vitolas o anillas de cigarros y al modo de coleccionar, y vitólfilo a
 
las personas que se dedican a la vitolfilia. Es un error, la vitola es la figura del tabaco puro, la anilla es solo como su corbata de
 
linaje, por lo que debería denominarse a este arte anillofilia. No obstante las polémicas existentes sobre la denominación oficial de
 
las anillas de tabacos, la Academia de la Lengua Española acordó otorgarle el nombre de vitolas.
   
El origen conocido de las Vitolas viene de principios del Siglo XIX. El 11 de Abril de 1.717 se estableció por Real Célula la
 
llamada Factoría y Estanco de Tabaco que estuvo en vigor hasta el mes de Junio de 1.817 en que el Rey Fernando VII abolió los
 
privilegios de la Factoria, suprimiento el Estanco y decretando la libertad de Comercio del Tabaco. La Isla de Cuba fué el origen de
 
esta industria tabaquera y dada la fama de sus tabacos, ppor encima de otras regiones, comenzarón a utilizarse las anillas como
 
marca distintiva de las referidas industrias cubanas. Se cree que las "fajas" que rodeaban a unos cuantos puros o bien de forma
 
individual cada puro fueron su origen. Si bien la individual pudo tener su origen a modo de protección de los dedos para no man-
 
charse con los alquitranes del puro mientras se fumaba.
   
En 1.837 se creó en Cuba, el llamado Archivo Civil de Marcas de Litografía, Tabacos y Cigarros. Este primer organismo
 
oficial, registraba los grabados, nombres y temas que los fabricantes escogían para indentificar plenamente sus productos. En el
 
primer embarque que Cuba hizo a la Metrópoli en el año 1.854, que desmbarcó en el puerto de Cadiz, los cigarros ya venían dife-
 
renciados por sus anillas. Se deduce, pues, que las primeras anillas se empezarón a utilizar en Cuba entre los años 1.830 y 35.
   
La gran belleza de algunas piezas litográficas, hizo surgir la afición por su coleccionismo, tanto en España como, progre-
 
sivamente, en el resto del mundo. Con el tiempo, tanto los dibujos de las tapas de las cajas de puros, que los contenían también
 
llamadas "habilitaciones", como las Anillas en sí mismas se fueron conviertiendo en autenticas obras de arte. En España el colec-
 
cionismo fue creciendo y creciendo, llegando su apogeo a bien entrado el Siglo XX, siendo en 1.949 cuando se crea La Asociación
 
Vitofilica de España (A.V.E.), que desde entonces ha venido editando su revista hasta nuestros días.
   
A lo largo de los años se han organizado, por diferentes Organismos y Entidades Locales, numerosos concursos de la me-
 
jor Vitola, exposiciones organizadas por Entes Públicos. También se han editado numerosos catálogos con tasaciones, llegando
 
algunas de las piezas a tener valores económicos importantes.
   
Es sabido que a consecuencia del auge que el tabaco adquirió, principalmente en Cuba surgió el fraude, las imitaciones y la
 
competencia desleal. Por todo esto los tabaqueros que se consideraron perjudicados, tomaron la decisión de proteger sus pro-
 
ductos con unas marcas o piezas de identificación que sirvieran de garantia a los consumidores.
   
Primero fue el HIERRO, marca que se imprimia a fuego sobre los grandes cajones de madera, en donde se introducian los
 
miles de cigarros que se destinaban a la exportación.
   
Luego vino el PAPEL DE ENVOLTURA con el que se rodeaba un determinado número de Cigarros Puros antes de introdu-
 
cirlos en los cajones de madera y en el que solia aparecer impresas las iniciales o leyendas del hierro.
   
Más tarde, cuando se redujo el tamaño de los cajones hasta contener solamente cien, cincuenta o veinticinco cigarros,
 
surgió la ETIQUETA DE PAPEL LITOGRAFIADA en una sola tinta, que solía llevar impresas la marca, el fabricante, el domicilio de
 
la fábrica, las vegas de las que procedía el tabaco y algunos datos más.
   
Después nació el JUEGO DE HABILITACIONES con el que se vistieron aquellas pequeñas cajas; estas habilitaciones reci-
 
bieron nombres diferentes según la misión que iban a cumplir: vista (exterior e interior), bofetón o bocetón, papeleta, filete, ta-
 
paclavos, etc. Finalmente, después del año 1870, aparecieron las VITOLAS o ANILLAS, principio fundamental del coleccionismo.
   
       
 
 
 
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  Vamos a ver algunas características de las Vitolas que justifican todas las afirmaciones anteriores y posteriores:
     
 
Antiguedad
Las primeras Anillas datan de mediados del Siglo XIX (las Habilitaciones son de unas décadas antes).
     
 
Belleza
Son cosecuencia de la Edad de Oro Litográfica. Añaden elementos ornamentales que no poseen otros ob-
   
jetos de su época, como son lo relieves y los dorados (en muchos casos con Pan de Oro).
     
 
Diseño Artístico
Al no obedecer a la esclavitud de los formatos ó tamaños prefijados, La Vitola se diseña en una gran can-
   
tidad de tamaños (2 cm. las más pequeñas hasta 40 cm. las grandes, que eran las que sujetaban los ma-
   
zos de Cigarros Puros, con imnumerables formatos, con Alas, Centro, Márgenes y Bordes. También se
   
añadian elementos decoratívos como Cenefas, Orlas, Bordes muy diversos, etc.
     
 
Miniaturas
Las Vitolas son, en realidad, miniaturas litográficas, por lo que constituyen un fenómeno único dentro del
   
mundo del dibujo impreso en papel.
     
 
História VInculada
Pocos coleccionistas pueden estar tan orgullosos de la história que se incorpora directamente en sus pie-
   
zas: Vitolas, Habilitaciones, etc. Independientemente de la historia asociada a los propios fabricantes ta-
   
baqueros y a sus marcas. Hay que tener en cuenta, también, la vinculación de La Anilla con las personas,
   
Entidades, Clubs, Organizaciones a las que iban dirigidas e incluso Acontecimientos históricos, Eventos,
   
Conmemoraciones, etc. De este modo podremos contemplar e investigar sobre:
   
Monarcas, Estadistas, Clubs Sociales y Deportivos, Casinos, Compañias Navieras y un largo etc.
     
 
Variedad Temática
Encontramos muy pocas colecciones con la variedad temática que tiene la Vitofilia.
   
Anecdota: R.E.N.F.E. ha realizado algunos concursos con el fin de descubrir algún tema en el que La Vi-
   
tofilia no tenga alguna pieza, no se ha conseguido de momento.
   
Ejemplo: Convocaron uno, con la temática del Tornillo y aparecieron varias Anillas.
     
 
Cantidad
Esta es una de las características que hace de La Vitofilia un coleccionismos tan atractivo y es que el ma-
   
terial a coleccionar es realmente infinito e inalcanzable, en términos de piezas disintas.
   
Las cifras se incrementaran notablemente si se incluyen la familia de las denostadas, pero muy antiguas,
   
Anillas sin marca, que se fabricaron para la industria del Tabaco y que, en su día, anillaron muchos puros.
     
 
Sorpresa y Encanto
Hay ocasiones en las que aparece la sorpresa de alguna Vitola inédita, no catalogada ó con alguna varian-
   
te respecto a alguna ya conocida. Si esto sucede, generalmente ocurre en los concursos, exposiciones ó
   
simplemente en cualquier momento, sin más explicación. Esto es uno de los motívos por lo que La Vito-
   
filia tiene un encanto apasionante y te engancha.
     
 
Un Reto
Nos podemos encontrar con Anillas indescifrables ó incomprensibles que nos retan a obtener una res-
   
puesta, obligandote a reflexionar, a estudiar, a investigar para intentar despejar el enigma en cuestión.
   
Ejemplo: Un Anagrama, Unas Siglas, Una Fecha junto a un texto, Un Escudo Heráldico, etc.
     
 
Personalidad Própia
No encontraremos dos Colecciones iguales ni siquiera que se parezcan. El coleccionista le dá su própio
   
orden, su propia presentación, su propia personalidad y cada uno será diferente.
     
 
Fenómeno Singular
En La Vitofilia, las variantes son un fenómeno bastante habitual. Eso es debido a que la misma Anilla era
   
impresa a lo largo del tiempo utilizando diferentes piedras litográficas, placas de metal ó troqueles y tin-
   
tas. Esta es la explicación del porqué las vitolas resultantes, siendo muy similares, no eran iguale al 100%
   
Se tiene constancia de Vitolas con diferencias en elementos tales como: troquel, relieves, tono en colores
   
tintas, antigüedad (debido a las reediciones), bordes. imagen, remates, etc.
     
VITOFILIA
 
Las razones que justifican que la Vitofilia sea realmente apasionante son sencillas de comprender y se basan en que posee unas
características propias y particulares muy sugestivas para el Coleccionista, que la hacen realmente distinta de cualquier otro tipo de colec-
cionismo, porque sintoniza perfectamente con el espíritu del minucioso investigador, que contituye el germen del coleccionismo.
 
De la palabra Vitola se deriva el vocablo VITOFILIA, que aunque no se encuentra recogido aún en El D.R.A.E, si figura en los Dic-
cionarios de uso del español y ha sido traducida a otros idiomas con denominaciones con el mismo origen.
 
Los diseñadores de estas Vitolas, al seleccionar los títulos de las marcas que se creaban para cigarros puros, cigarrillos y paque-
tes de picadura, escogían con preferencia los nombres de aquellas personalidades o hechos notables que más pudieran halagar a los fuma-
dores de los países a los que se destinaba la exportación, y los plasmaban litográficamente en las vitolas y habilitaciones, surgiendo así
una variada temática de motivos que de alguna forma satisfacía el orgullo nacional de los clientes. Como ha sucedido en otros coleccionis-
mos, esta variada policromía, no solo en las Vitolas sino en todo tipo de habilitaciones, pronto despertó el interés de los coleccionistas,
fumadores o no, y se empezaron a guardar y clasificar las bellas piezas. Pueden contemplarse así innumerables nombres de personalidades
artísticas, literarias, políticas y militares; paisajes y lugares de diversos países; títulos de óperas, zarzuelas, obras de teatro y películas; así
como diversos aspectos de la vida social y cultural de las diferentes naciones, principalmente de la cubana.
 
En cuanto a la marca no cabe duda que constituye para la vitola o habilitación que la lleva impresa, una especie de acta notarial
quién da fe de que dicha pieza estuvo alrededor de un cigarro puro o embelleciendo la caja donde éste se guardaba para su transporte. 
Además, sobre todo en el caso de las habilitaciones, junto a la marca suelen aparecer datos de enorme interés para que el coleccionista
pueda seguir la historia de la fábrica que produjo los cigarros, los domicilios donde esta se ubicó, los diversos propietarios por los que la
fábrica pasó; es decir datos que suministran al coleccionista una enorme información vitolfílica.
 
En algunos países europeos han existido fábricas y existen hoy, que utilizan vitolas sin marca impresa, piezas de gran calidad li-
tográfica consideradas como verdaderas joyas, que fueron adquiridas a módicos precios al ser consideradas como restos en las litografias.
Todo este material, así como el extraído por troquelado de los muestrarios litográficos que utilizaban los viajantes para conseguir sus pe-
didos, forman hoy parte de la vitolfilia, siempre, claro está, que haya sido confeccionado en su momento para ser usado en el mercadeo de
los cigarros puros. Hay casos en los que una vitola carente de marca ha sido considerada por los expertos como una pieza de lujo.
 
El gran impulso del tabaco y la litografía, ambos concatenados, surge a mediados del siglo XIX, principalmente con la apertura de
los talleres litográficos de la Real Soc. Patriótica y la Litografía del Gobierno. Ambos cada vez con más vínculos con la industria tabaquera.
 
Entre los años 1850 y 1865 funcionaban en Cuba los siguientes talleres litográficos: Litografía del Gobierno Español, que en el
año 1846 había absorbido a la otra pionera de los talleres litográficos en Cuba, la Real Sociedad Patriótica; Litografías Luis Marquier; Lito-
grafías del Comercio; Litografías de La Marina; Litografías de Tiburcio V. Cuesta y Litografías de París.
 
Por aquellos años ya se habían abandonado otras técnicas de impresión, como la 'xilografía' (grabado en madera) y se utilizaba la
litografía como medio de impresión. Los fabricantes buscaban, en primer lugar, la protección de sus productos; más adelante y con el avan-
ce de la litografía, advirtieron que se abría la posibilidad histórica de estampar en sus envoltorios bellas y polícromas piezas íntimamente re
lacionadas con la visión costumbrista del momento: retratos, paisajes, temas históricos, etc. Llegó el momento en que los fabricantes deci-
dieron exhibir en sus habilitaciones las medallas que habían conseguido en Exposiciones Internacionales. Fue entre 1850 y 1865 cuando de-
cidieron reproducirlas, primero en tintas doradas y sin relieve, para años más tarde utilizar en las medallas y cenefas el denominado 'pan de
oro', también conocido como 'oro volador' debido a que estas finas láminas se agitaban con la más mínima brisa.
 
Cada coleccionista conservaba sus piezas a su manera, sin mucho cuidado, por orden alfabético, por colores o formas, siguiendo
pautas artísticas, pegándolas sobre cualquier soporte (libros, cuadernos, diarios, agendas,diversos objetos ornamentales) ó sencillamente
almacenandolas en cajas de cartón o madera.
 
Podemos afirmar sin ninguna duda que se han perdido imnumerables Vitolas para siempre y algunas de gran valor.
 
A la vista de pequeñas colecciones de relativa antigüedad que han llegado hasta nuestros días, vamos a destacar algunas practi-
cas que debierón estar muy en boga en los inicios de La Vitofilia, que perdurarón durante bastante tiempo y que han debido destruir ó
deteriorar gravemente gran cantidad de ellas:
   
 
1.-
Recortar los bordes de las Anillas, no les debian gustar los rebordes blancos.
     
 
2.-
Cortar los bordes marginales, seguramente para lograr un objeto de adorno más simétrico y vistoso.
     
 
3.-
Corte de las alas a una altura más ventajosa para embellecerla, según la opinión de cada uno o para conseguir el adorno
   
adecuado, llegando a dejar, en algunos casos, solo la parte central de la Vitola.
     
 
4.-
Gran deterioro producido por separar la Anilla del propio Cigarro Puro, bien fuese por desgarro del papel de las alas o bien
   
dividiendo en dos la propia Anilla.
     
 
5.-
El propio sistema que tenían muchas Vitolas (la mayoría norteamericanas) de rasgar el papel mediante lengüetas dispues-
   
tas en la propia anilla y que suponia la destrucción segura de la misma.
     
 
6.-
Ocasionó la destrucción de miles de piezas únicas la moda de pegar las más vistosas y buscadas vitolas, en todo tipo de
   
elementos ornamentales: Jarrones, Bandejas, Espejos, Ceniceros, etc.
     
 
7.-
Una costumbre muy difundida fue también hacer conjuntos "artísticos" de Vitolas con vistosas formas pegandolas median-
   
te diferentes colas a cartulinas, maderas ó cualquier tipo de soporte.
     
 
 
 
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Los cigarros se exhibia en los Casinos, Clubs, Salones Sociales, etc... con la caja de madera abierta, mostrando las bellas etique-
tas litigrafiadas con que se les adornaban y que aseguraba al fumador que era la marca original y su procedencia.
 
Finalmente llegan las Vitolas, anillando cada Cigarro Puro individualmente. Durante bastante tiempo se ha venido afirmando que
la primera vitola databa de 1.858, pero parece demostrado que la aparición de la primera vitola debió suceder con posterioridad a 1.870,
bastantes años después de las primeras habilitaciones.
 
El mayor esplendor y auge de las Vitolas podemos afirmar que corresponden a sus etapas más tempranas, es decir, desde su
aparición en 1.870 hasta los años 1.910 - 1.915.
 
En este periodo de tiempo es considerado, por los expertos, como la Época de Oro de La Vitolfilia, en él se producen Las Vitolas
de mayor calidad artistica y por tanto las más preciadas.
   
JUEGO DE HABILITACIONES
 
Entre los años 1850 y 1865 surgen los estuches o cajas para cigarros puros y con ellas nace definitivamente el Juego de Habilita-
ciones, que de forma bella y armoniosa decoraban estos estuches. El Juego de Habilitaciones se compone de: la cubierta, también conocida
como vista exterior, y la vista interior.
 
La primera se colocaba en la parte exterior de la tapa y la segunda se encontraba en la parte interior de ésta. La otra bella litogra-
fía, por lo general de formato más pequeño, se colocaba en un costado de la caja: el tapaclavos. La etiqueta más pequeña del Juego de Ha-
bilitaciones se utilizaba para cubrir el pequeño clavo que asegura la tapa a la parte frontal de la caja. El bofetón es quizá la más modesta de
las habilitaciones de la caja de cigarros puros, no brinda información alguna, se encuentra en el interior, adherida a un extremo de la caja y
descansa sobre la camada de los cigarros. Los filetes son largas y estrechas tiras de papel litografiado con las que se cubren las aristas o
bordes de la caja en toda su extensión. El larguero es la etiqueta litografiada de forma rectangular colocada en el lateral del frente de la ca-
ja y suele tener impreso en la parte central el tipo de labor.
 
Básicamente y hasta finales de siglo el empleo de piedras litográficas suponía el 80% del total, mientras que el 20% restante que
daba limitado a la utilización de láminas de zinc, aluminio y otros metales como medio de impresión.
 
Hasta nuestros días no ha sido posible encontrar prueba documental o gráfica que confirme la fecha exacta en que fueron utiliza-
das por primera vez las vitolas o anillas de puros. Notables investigadores cubanos y españoles han incursionado en la historia del tabaco,
tratando de encontrar confirmación a todo lo relacionado con las primeras anillas, pero hasta hoy nadie ha dado una versión que podamos
considerar como válida.
 
Parece documentalmente demotrado que tanto La Vitola como El Juego de Habilitaciones que acompañaban a las cajas de puros,
nacen a raiz del auge considerable del tabaco durante el primer tercio del Siglo XIX y de la consiguiente competencia existente entre los fa-
bricantes tabaqueros cubanos y su lucha para proteger sus preciado producto contra fraudes y falsificaciones.
 
Tampoco hay que olvidar la habitual política seguida por los fabricantes de aquella época de distinguir y adornar sus preciadas la-
bores, en este caso sus Cigarros Puros, destinados o dirigidos siempre a personas con un alto nivel social.
   
LAS TÉCNICAS DE LA LITOGRAFÍA Y EL OFFSET
 
La palabra litografía proviene del griego “Lithos” (piedra) y Graphia (escritura o impresión), lo que puede interpretarse por su
significado, como escritura o impresión sobre piedra. Este hermoso arte fue descubierto en la última década del siglo XVII por el impresor
Checoslovaco Alovisius Senefelder (1771-1483), quien conoció de las piedras calcáreas existentes en la localidad de Solenhofen (Alemania)
las cuales eran utilizadas por los vecinos del lugar para cubrir el piso de sus casas.
 
Después de incontables ensayos y pruebas experimentales con estas piedras, Senefelder logró encontrar la manera de imprimir
imágenes en sus lados naciendo así la planografía o impresión sobre superficie plana.
 
En 1822, llega a Cuba la litografía, adelantándose a países como Estados Unidos, Argentina, México y España, gracias a Santiago
Lasseus y Durant, quien inauguró en La Habana un taller litográfico dedicado en sus inicios a la impresión de piezas musicales.
 
Es por esta fecha en que coinciden la litografía y el auge del tabaco cubano por el mundo y aunque las primeras envolturas de
habanos y cigarrillos tenían un diseño sencillo y estaban impresa con una sola tinta, fueron las precursoras de aquellas que décadas des-
pués se distinguirían por su colorido y belleza.
 
Para la década de 1920, la compañía Litográfica de La Habana, tradicionalmente el mayor productor de vitolas para la industria
tabacalera cubana, introdujo la técnica de impresión en OFFSET, que comienza a desplazar gradualmente a la litografía, que acaba de desa-
parecer de la capital de la república en los años 40.
 
En la técnica de OFFSET, el dibujo a producir, en nuestro caso, la vitola se fotografía utilizándose filtros de colores con el cuál se
obtiene una placa o película independiente por cada uno de los colores, cían, amarillo, magenta y negro. Cada uno de estos cuatros colores
se imprimen en una plancha metálica plenamente sensibilizada a la luz y luego estas planchas quedan impresas sobre papel, una tras otra
que al unirse dan lugar a la formación de todos los colores que aparecían en el dibujo original.
 
El gran impulso del tabaco y la litografía, ambos concatenados, surge a mediados del siglo XIX, con la apertura de los talleres
litográficos de la Real Sociedad Patriótica y la Litografía del Gobierno. Ambos cada vez con más vínculos con la industria tabaquera.
 
Por aquellos años ya se habían abandonado otras técnicas de impresión como la 'xilografía' y se utilizaba la litografía como medio
de impresión. Los fabricantes buscaban, en primer lugar, la protección de sus productos; más adelante y con el avance de la litografía,
advirtieron que se abría la posibilidad histórica de estampar en sus envoltorios bellas y polícromas piezas íntimamente relacionadas con la
visión costumbrista del momento: retratos, paisajes, temas históricos, etc. Llegó el momento en que los fabricantes decidieron exhibir en
sus habilitaciones las medallas que habían conseguido en Exposiciones Internacionales.
 
También por esos años surgen los estuches o cajas para cigarros puros y con ellas nace definitivamente el Juego de Habilitacio-
nes, que de forma bella y armoniosa decoraban estos estuches. El Juego de Habilitaciones se compone de: la cubierta, también conocida
como vista exterior, y la vista interior.
 
La primera se colocaba en la parte exterior de la tapa y la segunda se encontraba en la parte interior de ésta. La otra bella litogra-
fía, por lo general de formato más pequeño, se colocaba en un costado de la caja: el tapaclavos. La etiqueta más pequeña del Juego de
Habilitaciones se utilizaba para cubrir el pequeño clavo que asegura la tapa a la parte frontal de la caja. El bofetón es quizá la más modesta
de las habilitaciones de la caja de cigarros puros, no brinda información alguna, se encuentra en el interior, adherida a un extremo de la ca-
ja y descansa sobre la camada de los cigarros. Los filetes son largas y estrechas tiras de papel litografiado con las que se cubren las aristas
de la caja en toda su extensión. El larguero es la etiqueta litografiada de forma rectangular colocada en el lateral del frente de la caja y sue-
leo bordes tener impreso en la parte central el tipo de labor.
 
Hasta nuestros días no ha sido posible encontrar prueba documental o gráfica que confirme la fecha exacta en que fueron utiliza-
das por primera vez las vitolas o anillas de puros. Notables investigadores cubanos y españoles han incursionado en la historia del tabaco,
tratando de encontrar confirmación a todo lo relacionado con las primeras anillas, pero hasta hoy nadie ha dado una versión que podamos
considerar como válida.